lunes, 27 de abril de 2009

El cuerpo reposa sobre un témpano de fuego. Extiende sus vísceras sobre una cama húmeda; y respira. Habla desde una voz hambrienta y fuerte. No conoce más que el miedo; y desde este habla. Mi cuerpo es un muerto que a veces despierta sólo para avisarme que aún respiro; que no deje enterrarme junto a esos restos.