Tristemente, es una de las partes mas fragiles de nuestro ser, fisica y espiritualmente, coincido en que un corazón no vuelve a quedar igual, pero muchas veces esas cicatrices lo hacen más fuerte, son tristes medallas de seguimos vivos.
Me seco la cara con el borde de la blusa , a falta de toalla. Me siento en el escalón que sube a las cabinas, y miro al fluorescente del techo. Pronto tendré que irme, otra vida me espera fuera de este pequeño refugio. Pero mientras eso pasa vengo aqui a evitar el abandono
Tristemente, es una de las partes mas fragiles de nuestro ser, fisica y espiritualmente, coincido en que un corazón no vuelve a quedar igual, pero muchas veces esas cicatrices lo hacen más fuerte, son tristes medallas de seguimos vivos.
ResponderEliminarMe gusta tu blog, saludos y cuidate