
Hay un cuerpo y una flor.
Bajo tu riesgo
te sumás al viento,
dueño primero de lo móvil,
y pretendés
se detenga la distancia
suave
escádaloso
brotan de tu espíritu
heridas que fluyen
como breves hojas secas.
Mirás el revés de mi cuerpo
a lo largo de la herida
y yo me doy cuenta escribo
contigo de la mejor manera.
Deshojandome
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